16 junio, 2006

Ciudad solitaria...

…comienza cruzando los dedos, luego entrecierra los labios y termina por apretar los parpados. La sensación desaparece por un segundo, pero seguirá ahí por el resto de la noche. La cerveza esparcida por el suelo da una sensación chiclosa adherida a las suelas de tus zapatos negros, los cuales perdieron hace horas ese brillo lustroso que bien valió los diez pesos al viejo de la salida del metro. La ciudad está vacía; fantasmas de seres humanos recorren las aceras en contra flujo a tu camino. No tienen rostro, no tienen forma, solo un aroma tenue a descomposición y aire pesado, el cual dejan detrás de su estela. La luz del cielo ha sido robada, en su lugar nubarrones grises pierden su forma en la masa gaseosa que ahora es el firmamento. El ambiente ha perdido su calor, una sensación de miedo recorre la espina dorsal de aquellas sombras que osaron salir de casa sin paraguas. La ciudad esta sola; es difícil imaginar que todo tiene que terminar en algún momento, y que esta vez podría ser la ultima. Tal vez no volverás a ver los amarillos rayos del astro rey surcar el azul de la cúpula, o el café con leche derramado en la pared entre ángulos y apotemas. El anatema podría ser nunca más escuchado, y la voz que retumba en tus oídos se diluirá en el tiempo. Desaparecerá sin dejar rastro. La ciudad esta fría; tus suelas de goma no son reto para el cemento de la acera, no dejaras huella por donde caminas pues muchos han andado por ahí; y a fuerza de ser pisado, el suelo es duro como la urbe misma. Debiste bailar de nuevo esa pieza, debiste haber volteado y no huir envuelto en terror, porque es difícil entender que no habrá otro momento igual. Y la extrañaras, sabes que lo harás. Y los días culminaran en noches sin estrellas y sombras sin esperanza, y el pan se endurecerá en la bolsa, y el agua se secará, y la manzana se pudrirá, y la vida no será igual. La ciudad habrá cambiado, y todo lo que tienes de pronto no estará ahí. Estarás solo. Afligido y solo. Triste y solo. Hambriento y solo. Enojado y solo. Abandonado y solo. Solo.
Y en tu soledad te convertirás otra vez en la grande, dura y hermosa ciudad que reposa bajo tus pies. Te volverás de nuevo una sombra con aroma de smog y cenicero. Te vestirás tu túnica gris y te pondrás de nuevo tu sonrisa de fatuo, y una vez mas te volverás uno con la ciudad. Volverás a la fuerza original. Llegarás a casa. Volverás a tu tortura y a tu hábitat natural. Estarás rodeado pero estarás solo. Solo de nuevo. En tu grandiosa, hermosa y solitaria ciudad…
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The doctor is alone...

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bendita realidad humana, me pregunto si hay quién aún no se haya enfrentado a ella

4:41 p.m.  

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